El trabajo -Relato nº 2-
Disculpar por la extensión de este relato, pero no tenía otra opción si quería contarlo decentemente.
Los que hayan leído el primer relato ya saben más o menos de que van estas historias.
Estábamos en el año 2002, recuerdo que, una de las tardes como tantas otras, cuando salí del trabajo me acerqué a casa de mi madre a visitarle. Ella, estaba como siempre en su salita viendo la televisión, ese día, estaba viendo, no sé si era película o una serie que trataba sobre un bonito hotel en un lugar paradisíaco. Comentando la película, le dije que, debía ser una gozada trabajar en un buen hotel, por la cantidad de gente que llegas a conocer y por el buen ambiente que debe reinar. Le llegué a comentar que no me hubiese disgustado trabajar en un hotel de esas características, más o menos transcurría nuestra conversación en torno a la película y al hotel.
Ese mismo año por el mes de noviembre me quedé sin trabajo. Estaba trabajando muchos años para un grupo importante de empresas del ramo de alimentación y hostelería con el cargo de Jefe de Administración, pero por injusticias de la vida y no aceptar el puesto que me ofrecieron de gerente, al que me negué por ciertos motivos con rotundidad, el gerente que contrataron a posteriori y no llevarnos nada bien, sino todo lo contrario, quería deshacerse de mí a toda costa y al final lo consiguió. Era y es el clásico individuo que a pesar de tener pocos conocimientos, ese poco lo sabía vender. Más que mi despido entre los 13 que fuimos despedidos por un ERE y por la mala gestión del incompetente gerente, me dolió mucho más, el despido de una compañera que nos conocíamos desde nuestra juventud y la pobre de sus tres hijos dos chicas y un chico perdió al chico, fue un duro golpe, una muerte increíble después de una lucha interminable que a todos nos afectó tremendamente y, al poco tiempo de perder al chico, falleció su marido de un infarto fulminante. Ese despido, sí que me dio una enorme pena y tristeza, además, como no tuvo lo que hay que tener el señor gerente, fui yo, haciendo de tripas corazón el que le comunicara la situación. Pero como todo en esta vida tarde o temprano se paga, ese señor por llamarle algo, ya lo pagó y lo sigue pagando, otro más, también lo pagó en su momento, no se trata de venganza, se trata de justicia. Así pues, en el mes de noviembre estaba sin trabajo, a todo esto, mi madre se había roto la cadera, era una mujer mayor, pero se encontraba de maravilla y con una mente bien lúcida. A partir de la operación y de la dichosa anestesia quedó mal y a los pocos meses de la operación falleció.
Me llegué a tomar con bastante filosofía lo de no tener trabajo, nunca me había sucedido, así pues, me dije a mi mismo que, era el momento de tomarme una temporada en plan sabático y luego ya veríamos. La única preocupación que tenía era la edad, ya no era ningún chaval joven, aunque preparación no me faltaba, estaba en condiciones de poder dirigir cualquier tipo de empresa por complicada que fuese, siempre, he sido una persona que me he exigido mucho a mi mismo (gran error). He buscado siempre la excelencia en el trabajo y eso a veces se llega a convertir en un arma de doble filo. Casi todos los años me matriculaba para hacer algún curso de técnicas empresariales de alto nivel, el reciclaje siempre es fundamental, estaba preparado, pero me atormentaba la edad de 52 años, eso jugaba en mi contra por muy bien preparado que estuviese.
Así pues, no me dediqué a buscar trabajo y a los pocos meses, en febrero de 2003, recibo una llamada de un amigo que hacía algún tiempo no nos veíamos, hacía años que habíamos trabajado juntos él, en otra empresa de las del grupo, donde yo habitualmente iba de vez en cuando a pasarles auditoría, pero había escogido la política y estaba de concejal en un ayuntamiento. Me comunica en esa conversación que, es conocedor de mi situación y de la injusticia que habían cometido, me dice que, una persona bastante influyente se ha puesto en contacto con él por si conoce a alguien para desarrollar un trabajo de cierta envergadura en administración, me dice que pensó en mí por si me interesaba, no sabía ni que empresa era ni en qué condiciones me contratarían, le comunico que sí, ¡faltaría más!, que contara conmigo. Acto seguido me dice que, me llamará una persona en su nombre para darme una cita y quedar en persona para una entrevista personal.
Y así fue, a los pocos días, recibí una llamada y me citaron para una entrevista personal, me coloqué mis mejores galas, y me presenté ante los cinco socios de aquel precioso monstruo de hotel. Después de pasar la entrevista de rigor y decirme mis honorarios, me parecieron algo bajos para el trabajo que debería desempeñar y con arreglo a lo que percibía en la anterior empresa, pero acepté, me dije a mi mismo, en un par de meses verán mi trabajo y entonces hablaremos. Además, necesitaba cotizar mis últimos años, de lo contrario, hasta los 65 no me quedaría casi pensión de no encontrar trabajo, cuando en mi vida laboral siempre había cotizado por los topes máximos.
En el despacho. |
En esa entrevista-reunión, me enteré de que iba en sustitución de un chaval joven que acababa de terminar la carrera de económicas y lo que suele pasar en esos casos, no tenía experiencia profesional y lo habían despedido, así pues, vi el cielo abierto porque realmente buscaban sobre todo una persona con experiencia y la edad no era problema.
Al cabo de dos meses de duro trabajo, convoqué una reunión de consejo de administración y presenté el primer informe con todo tipo de detalles, entregando un dosier a cada socio, que tuvieron la desfachatez de decirme si lo había elaborado yo. ¡Por supuesto que sí! ¡Faltaría más!, y en otro momento, hablaremos de las condiciones que creo deben de ser revisadas. En esa empresa me quedé hasta mi jubilación. Fue una jubilación algo anticipada por un pequeño problema de salud que se resolvió a Dios, gracias.
En ese trabajo, estoy totalmente convencido que tuve la ayuda de mi madre o de alguien, no es ninguna coincidencia que, yo hablara unos meses antes con ella sobre la película del hotel y mira por donde termino mi actividad profesional, sino en el mejor hotel, en uno de los mejores hoteles de la comunidad valenciana, un cuatro estrellas en gama alta, con la cantidad de empresas que existen. Y mi amigo que, prácticamente casi no sabíamos nada, el uno del otro me llame por teléfono, como dijo un político, ¡manda huevos!, ver para creer. Además de lo narrado, existen otros pequeños detalles que, pasan casi desapercibidos en el día a día y no se pueden narrar, pero no ya por no quererlos contar, son tan insignificantes y a su vez tan importantes que para entenderlos hay que vivirlos.
Así es amigos, la vida es bella con sus buenos y sus malos momentos, todo es cuestión de ganas y tener fe en uno mismo. Con ayuda o sin ella las cosas se van solucionando.
He de reconocer que la experiencia fue fabulosa, el ambiente extraordinario y las instalaciones una verdadera pasada, todo un lujo, su impresionante hall es todo un jardín interior tropical, encima, estaba en mi ambiente de jardinería, más, no se puede pedir.
Si no conocéis Benidorm os invito a conocerle en este Hotel, está a 500 metros de la playa.
Meliá Benidorm un cuatro estrellas en gama alta, pero en la realidad es un cinco estrellas. Foto de la red. |
Si por casualidad me lee gente joven, permitirme que ose daros un consejo este jubilado; huir de las grandes pretensiones, en toda mi vida laboral he llegado a conocer grandes fortunas, pero de las grandes de verdad, y os puedo asegurar que no me hubiese cambiado por nadie de los que he llegado a conocer, el dinero no hace la felicidad ni se puede comprar, no existía familia, ni hermanos, ni padres, ni hijos, ni verdaderos amigos, todo giraba en torno al dinero, eran pobres desgraciados que en el fondo vivían y viven mucho peor que cualquiera de nosotros. He conocido familias desestructuradas e incluso he llegado a participar para suavizar relaciones entre padres e hijos, de pena, pero muy cierto. Pensar siempre que, el dinero no es lo más importante en la vida ni da la felicidad. Yo, he tenido la suerte de vivir una época muy buena y muy boyante, pero jamás, he cambiado ciertas cosas por familia y ocasiones las he tenido. Nunca, cambiar felicidad por dinero, ambas cosas no suelen ser compatibles, para que sean compatibles se deben tener ciertos valores y los pies bien puestos en el suelo.
Espero os haya gustado este relato, aunque un poco largo, ya que no he querido omitir ciertas cosas que, creo, eran interesantes darlas a conocer para así poder interpretar mejor esta historia.
Sobre todo, sed felices amigos, la felicidad se encuentra en las pequeñas cosas del día a día y descubrirlas es muy fácil, solamente debéis mirar e interpretar.
He de aclarar que no trabajaba para la compañía que explota el hotel, trabajaba en representación de los dueños y de sus intereses ante la compañía.
El otro relato lo he dejado para el final, ya que es un poco fuerte.
Bien, vamos a esperar el terceo mientras podemos releer este, que hay que paladearlo y digerirlo, esas "ayudas" que llegan son valiosas y hay que verlas con la mente clara, los consejos finales no deberian quedar en saco roto. Un abrazo
ResponderEliminarQue buen consejo el que nos dejas en tus últimos párrafos y que de verdad . El dinero ayuda a vivir pero la felicidad es otra cosa que nada tiene que ver con el poder adquisitivo del individuo . Me gusta estos relatos que nos cuentas , siento lo de tu madre.
ResponderEliminarPor otro lado hay personas que creen en las casualidades y otras en el destino no sé si será igual pero que hay algo si lo hay . Un fuerte abrazo y gracias por compartir .
Nota: Estaría ideal que hicieras un diario de tus días trabajando en ese gran hotel , las cosas que has debido de vivir ...chao!!
Hola Juan!!
ResponderEliminarLa vida y sus recompensas, seguro tu mama influyo para que consigas ese trabajo, que fue una bendicion, porque era lo que deseabas, que bueno, ademas termino tu vida laboral ahi.
Pero..... ya sabemos como fueron tus dias despues de ese despido, pero no de la persona que ocasiono esos despidos, creo que no ha corrido con tu misma suerte. Tambien creo que toda persona que obra mal, asi le va en la vida tambien.
Yo tambien trabaje muchos años, en oficina, como Empleada Administrativa, empece como recepcionista en una Federacion que agrupa las Universidades Nacionales de todo el pais, y tenia una compañera muy competitiva, y con la ambición de agradar se atrevía a entrar en las conversaciones privadas de mis jefes y eso le jugo encontra..... conclusion a ella la despidieron y a mi me ascendieron como Empleada Administrativa.
Wowowow ese Hotel Benidorm es majestuoso!!
Un fuerte abrazo y esperamos tu proximo relato!!
Conozco Benidorm ya que he ido de vacaciones allí muchas veces pero me hospedaba en hoteles de tres estrellas y que estuvieran cerca de la playa y del pueblo. Tu relato tiene cosas muy sorprendentes sobre todo la coincidencia de la charla de tu madre sobre un gran hotel y que luego trabajaras en uno de esas condicones.Trás años de mucho acoso laboral me despidieron muy injustamente de una empresa trás casi 22 años de trabajo y contando ya 56 años ( es lo que persiguieron desde que comencé en la empresa)...conozco demasiado de bien a los "culpables" del despido y acoso pues tenemos que coincidir en algunas ocasiones por cuestiones familiares y te aseguro que en este caso ese refrán "del que la hace la paga" no se ha cumplido, tampoco les deseo ningún mal , allá ellos y su conciencia. Era un hombre tan poebre, tan pobre que sólo tenía muchísimo dinero.Espero impaciente el último relato.Saludos
ResponderEliminarLa verad, Juan, es que a veces triste y otras alegre, el relato además de real es bueno e interesante, sobre todo, como se dijo en la primera parte, porque hay cosas que escapan al entendimiento y puede haber una dimensión paralela, invisible a los ojos. Y sobre todo por ese mensaje que dejas. La felicidad no la hace el dinero, como dicen ayuda, pero sólo eso. La familia, los amigos, sobre todo uno mismo y los buenos momentos, con las pequeñas cosas de la vida, componen esa felicidad que tanto andamos buscando siempre.
ResponderEliminarRepito, un relato muy bueno, el cual me ha gustado mucho.
Un fuerte abrazo, amigo mío.
Es una historia de la que se puede aprender mucho. Un beso
ResponderEliminarComo bien dices, la vida es dura a veces pero también da muchas satisfacciones y esa frase final no puede ser más cierta.
ResponderEliminarInteresante relato Juan
Un abrazo
Bueno, es para que se vea que a veces, cuando se cierra una puerta, hay una ventana, en tu caso ventanal, que se abre. Nunca es mala inversión ser exquisito en el trabajo, se valore en más o en menos, y sí, al final nos jubilamos todos algún día, y es bueno entender que dimos lo mejor de nosotros mismos en el trabajo, pero que no abandonamos a la familia.
ResponderEliminarUn abrazo
Um bonito escrito que muito gostei de ler.
ResponderEliminar.
Abraço sentido
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Querido amigo a mi no me parece para nada largo tu relato. La vida sin duda es dura y nos somete a pruebas muy duras, pero también nos regala cosas maravillosas que tenemos que aprovechar para ser felices. Me gustan tus consejos y tu gran capacidad. Enhorabuena. Un enorme abrazo.
ResponderEliminarMuy buen relato Juan, una historia de vida que puede servir a muchos que tengan dudas sobre que elegir, si el dinero o la familia. Y sobre tu madre, es real, ellas siempre están cerca, aún cuando no estan a nuestro lado. Felicitaciones por tu bello mensaje.
ResponderEliminarmariarosa
Me gusto el relato que bueno que tu madre te ayudara conseguir ese trabajo. Te mando un beso
ResponderEliminarEl universo esta trabando a tu favor amigo Juan, y todavía falta mucho de lo que mereces en esta vida. Saludos
ResponderEliminarMuy buen relato de parte de tu vida profesional. Sin duda me identifico con tu recomendación final. Y también yo creo que tu mami estuvo contigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Juan, ¡qué bendición! estoy más que segura que tu madre vela por ti desde el plano espiritual en que se encuentra...ella sabía de tu necesidad de trabajo, y justamente fuiste a dar a un hotel, a uno de los más lindos y mejores, eso no puede ser casualidad. Gracias por esta bella historia; me encantan tus relatos, voy a esperar el siguiente con ansias. Un abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarMe gusta tu relato, y me siento parte de él ya que fuimos muchos años compañeros y amigos. Un beso y un abrazo.
ResponderEliminarPues, muchas gracias compañera/ro éramos muchos como para poder saber quién eres, aunque tal vez, lo imagino.
EliminarA pesar de todo vivimos buenos tiempos.
Un fuerte abrazo y besos.
Soy Aurora, pero como bien sabes, la tecnología no es lo mío, y no he sabido identificarme.
Eliminar¡Qué sorpresa Aurora! Bienvenida a este pequeño espacio, en el que intentamos hablar en verso y contar un poco de todo.
EliminarSomos de los más antiguos, ¡qué buenos ratos vividos amiga mía!
Espero te apuntes para la próxima comida que tenemos pendiente por la dichosa pandemia.
Me alegra saber de ti y espero estéis todos bien.
Un fuerte abrazo y muchos besos.
Al final tuviste tu premio, por tu buen hacer anterior y tener testigos de ello que te recordaron y recomendaron. Tuve una experiencia similar, pero no viene al caso hablar de mí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo cuanto has narrado, Juan, abunda en un hecho muy significativo del hacer de cada cual en su actividad cotidiana, sea o no sea de poca o muchas responsabilidad. Tu personalidad ha de ir por delante, con los principios de equidad, honradez y eficacia...dejando siempre puertas abiertas sin herir a nadie, antes bien, aportar del caudal de cada cual, lo mejor y lo más enriquecedor. !Nadie es más que nadie¡... y todos somos necesarios, cuando lo mejor aportamos...
ResponderEliminarUn abrazo
Boa tarde meu amigo Juan. Parabéns pelo seu texto maravilhoso. Bom final de semana.
ResponderEliminarMe ha gustado leerte Juan y de que todo te fuera bien. Besos.
ResponderEliminarAmigo Juan, gracias por compartir parte de tu vida y de tus experiencias y gracias por darnos esa magnífica visión de la vida que tienes de que la felicidad está en la familia, los amigas y las cosas pequeñas que nos rodean mucho más que en la cantidad de dinero que tengamos, es un buen consejo para los jóvenes porque creo que los que ya tenemos una edad lo sabemos muy bien. Es admirable la alegría y buen ánimo que has tenido para enfrentarte a los distintos acontecimientos de tu vida.
ResponderEliminarMil besos y abrazos.
Te felicito por tan buen relato,
ResponderEliminarmi amigo Juan, asi es la vida,
nadie sabe lo de nadie, la felicidad
no es tener mucho dinero, lo importante
es tener mucha salud, lo material no te cura,
no cambien nunca eres una persona,
muy especial y un gran amigo, que tengas
un lindo finde.
Besitos dulces
Siby
Fabulous blog
ResponderEliminarDe largo nada, sino todo lo contrario; este entrañable relato es una prueba más de que la vida le da a cada uno, lo que se merece, y yo me alegro mucho por ti, en que en tus últimos años laborables te hayas encontrado a gusto en esa empresa, y haciendo lo que te gusta, cosa, hoy en día difícil ya que en la mayoría de ellas los trabajadores se están convirtiendo en simples números, que se quitan de en medio con un simple plumazo, amparados por la nefasta reforma laboral que tenemos.
ResponderEliminarQuedo a la espera de esa tercera parte, y mañana pasaré a leer la primera.
Un fuerte abrazo, amigo Juan.
Quise decir: últimos años laborales.
ResponderEliminarMaravilloso y sentimental relato.
ResponderEliminarAdmirable tu sinceridad.
Un precioso mensaje.
Un fuerte abrazo.
Un excelente relato acompañado de buenos consejos, lamento lo de su madre estoy segura que la ayuda laboral para estar en un hotel definitivamente llego a través de ella.
ResponderEliminarSaludos.
Hermoso relato Juan el cual he leído con mucho gusto.
ResponderEliminarEntrañable lo de tu madre, y que fruto más bonito dio esa conversación.
Encantador consejo para los jóvenes, y para todo el mundo que todavía no se haya dado cuenta que la felicidad no la da el dinero.
Un abrazo y buena semana.
Gracias a todos queridos amigos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo a todos.
Ainssss nuestras mamis siempre están arropándonos y mimándonos, cierto nos empeñamos en vivir la vida deprisa y sin disfrutarla con lo rápido que pasa. Me niego a ello, trato de disfrutarla intensamente.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-